Al Ministerio de Fomento se le está yendo, literalmente, la pinza. Ahora quiere imponer sanciones económicas para todos aquellos que promuevan, oferten o presten servicios para compartir coche y que no dispongan de licencia. Y no hace una alusión directa a timadores o redes de extorsionadores, sino que habla concretamente de páginas como Uber, que anuncian servicios de transporte a pequeña escala.
No se trata de un negocio, en absoluto, sino de una forma de viajar más económica. El sistema, para aquellos que no lo conozcan, es sencillo: alguien oferta el viaje que va a realizar tal día a tal hora e indica el número de plazas que le sobran, posteriormente todas aquellas personas interesadas se ponen en contacto y pagan un precio preestablecido por la gasolina y los peajes, si los hubiera. El conductor no obtiene un beneficio mayor, no cobra por el transporte, ni la conducción, ni el deterioro del vehículo… ¡para nada! solamente reparte los gastos; que en el caso de realizar él solo un largo viaje de ida y vuelta pueden ser muy elevados.
Si se incurre en esta infracción muy grave, las multas pueden ser de hasta 600 euros para los usuarios, de hasta 6.000 para las personas o empresas que promuevan la medida y pueden llegar a los 18.000 en el caso de los reincidentes. Esta medida reguladora viene precedida de la presión que ejercen las asociaciones de taxis y las empresas de transporte, porque lo han visto como una amenaza hacia su negocio. ¿Por qué no entra al trapo el Ministerio de Medioambiente? Podría defender que al compartir un vehículo se reducen los índices de contaminación. Eso se supone que es positivo, pero claro… prefiere evitar un conflicto interno en el Gobierno; sí, estamos hablando de que les unten bien y se repartan el pastel.
¿Por qué España siempre está a la cola de todo? Países europeos como Francia o Alemania utilizan este tipo de servicios desde hace años y sus Gobiernos son los que están más conformes con la medida. Hay menos contaminación, menos tráfico, menos accidentes porque los conductores no se duermen…
Es cierto que hay dinero negro no declarado en estos trayectos, pero, señores Ministros, ¿por qué se obcecan en buscarles las cosquillas a los más débiles por 5 míseros euros, cuando los que realmente defraudan millones tienen imperios que ustedes mismos les sirven en bandeja?