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domingo, 16 de octubre de 2016

7 Virtudes De Quienes Somos Diferentes.

Aunque en ocasiones nuestro comportamiento sea “automático” por el simple hecho de que no estamos en ese momento conscientes de las razones que nos motivan, nuestro subconsciente no es pendejo, él sí las conoce.

Todos tenemos intereses personales que difieren en tipo y orden de prioridad de los de otras personas, pero si acaso quisiéramos lograr un punto de encuentro, algo en común con otros, ese punto de cruce deben ser: las virtudes.

Las virtudes son características que definen nuestra personalidad y a través de las cuales demostramos aquello en lo que creemos, consideramos importante y de valor. Son nuestro medio para el alcance de objetivos personales.

Para que no vayamos por el mundo actuando por instinto como si se tratara de una vida salvaje ignorando incluso hasta a nosotros mismos, les comparto las 7 Virtudes De Quienes Somos Diferentes:

Racionalidad

Nos jactamos de que aquello que nos diferencia de otros seres vivos es nuestra capacidad de razonar y que por eso somos superiores. Pero no es un secreto que esa virtud en ocasiones la evadimos. Pensamos o no lo hacemos por elección. Si tenemos esa oportunidad que es nuestra única fuente de conocimiento ¿La vamos a desperdiciar?

Independencia

Nadie más debe determinar nuestro comportamiento. Cuando decimos que nuestra mente es libre afirmamos que somos responsables de realizar nuestros propios juicios. No dependemos de las opiniones ni imposiciones de otros. ¿Vamos a esperar que otro nos diga qué hacer?

Integridad

Somos capaces de mantener nuestras convicciones personales intactas pese a las dudas y cuestionamientos de otros. No permitimos que alguien más tenga el poder para determinar cuál o cuáles deben ser nuestras convicciones personales. ¿Quién no disfruta estar seguro de sí mismo?

Honestidad

No tenemos intenciones de manipular o falsear la realidad para hacerla “más conveniente”. Decimos la verdad y asumimos la responsabilidad de hacerlo sabiendo que aceptarlo no es jamás un acto en perjuicio propio. ¿Por qué pretender ganar o tener razón diciendo mentiras?

Justicia

No aceptamos ni concedemos aquello que no merecemos, aquello que no hemos ganado. Somos capaces de conseguir por nuestros propios medios lo que consideramos de valor personal. ¿Qué satisfacción podemos sentir de obtener algo por lo que no hemos trabajado?

Productividad

Sólo a través del trabajo productivo podemos sustentar nuestra propia vida. Reconocemos que todo lo que necesitamos para sobrevivir debemos buscarlo o producirlo. No lo hacemos a través del robo ni de la estafa. ¿Podríamos disfrutar la vida siendo mantenidos?

Orgullo

No se trata de ser presumido o engreído sino del reconocimiento de que yo soy mi mayor valor. Sobre esta base forjaremos nuestro propio carácter, nuestras acciones, nuestros deseos y emociones partiendo de lo que sostenemos en nuestra mente. ¿Podemos querer y respetar a alguien más si no sentimos ambas por nosotros mismos?

Por Qué Nunca Has De Confiar En Una Chica Que No Tiene Amigas

A todas nos llega ese momento en la vida en que conocemos a una chica que no tiene ninguna otra amiga. Esto ya es un indicador de que algo raro sucede con ella, pues lo más normal es que conservemos a muchas de nuestras  amistades del colegio, el instituto o la universidad.

Este tipo de chica, por lo general, suele tener un sentido bastante rebuscado de la lealtad con quien le conviene, lo que normalmente incluye en su personalidad la tendencia a la manipulación de hechos, palabras y/o personas del día a día. Por otro lado, también puede ser una persona bastante absorbente, aunque también puede tener la “suerte” de combinar estas dos “estupendas cualidades”. Al fin y al cabo, no podemos olvidar que no tiene ni una sola amiga, y que eso no puede ser culpa de todas las chicas con las que se ha ido cruzando a lo largo de su vida, ya que es ella quien debe tener el don de repelerlas.

Eso sí, antes de pasar a describir los diferentes arquetipos de mujeres que engloban este grupo, vale la pena hacer una distinción entre las mujeres sin amigas y las solitarias. Estas últimas han tomado la decisión personal de estar solas y no relacionarse sin hacer restricciones, por más que a nosotras nos cueste entenderlo. Las chicas sin amigas no, y además, por lo general, cuando les preguntas el por qué de su situación, suelen decir que ellas se llevan mejor con los chicos que con las chicas, que nosotras somos más malas, retorcidas, dramáticas y bla, bla, bla. Lo típico.

La chica que salta de relación en relación

Desde el primer novio que se echó, empezó a dar de lado a sus amigas, y acabó por perderlas a todas, por lo que cuando termina una relación tiene la necesidad de empezar otra. Obviamente, no debes confiar en ella porque puedes estar segura de que cualquier cosa íntima que le cuentes en seguida se lo va a revelar a su novio, sin reparos ni censuras de ningún tipo. Es de esas personas que necesitan estar el 100% del tiempo pegada a su pareja así que acaba saliendo con sus amigos, por lo que ten por seguro que ellos también van a conocer todos tus secretillos, así que si alguna vez te propone salir con ellos, rechaza la invitación.

La chica que solo tiene amigos chicos

Este tipo de chica suele rodearse de tíos por su egocéntrica necesidad de sentirse el centro del grupo, por eso no tiene reparos en fingir, mentir y manipular a los hombres con la única finalidad de que se acaben colgando de ella, aunque no tenga ni el más mínimo interés en ellos. Si da la casualidad de que alguno de sus amigos se echa novia, ten por seguro que se va a inmiscuir, y nunca con buenas intenciones, va a hablar mal de esta persona, y manipulará con tal de que ninguna se acerque a su coto. Siempre los eligen a ellos, por eso las amigas no les duran.

Cualquiera puede caer en la red de una mujer de este tipo, y sin duda, la mejor manera de darte cuenta de cómo es esa persona es alejarte un poco de ella. Porque es entonces cuando puedes ir siendo consciente de su maldad, ver con perspectiva todas las cosas que ha ido haciendo o diciendo, los líos que ha ido generando, que aunque no te afecten directamente a ti, al final acabarán por hacerlo y, siempre, es mejor estar prevenida.

Así que si alguna vez se cruza en tu camino una fémina que reúna una o varias de estas características…. ¡Huye!

Esos 7 Momentos De Absoluta Libertad

Charles Baudelaire una vez escribió: “A quien haya alcanzado, al menos por un segundo, el infinito del placer ¿qué le importa condenarse para siempre?”. Y es que la vida tiene esos instantes, que pueden ser segundos o minutos, en los que absolutamente nada importa más allá de aquello que está pasando en ese preciso momento. Instantes de absoluta libertad, placer, adrenalina y amor, cuando no existe nada más.

Ese salto al vacío

Saltar a la nada en un paracaídas es un instante en el que, quien lo vive, olvida absolutamente todo aquello que fue, es y será. No existe el tiempo. Sensaciones de miedo, muerte, adrenalina, goce, libertad y vida se unen en un segundo. El cuerpo grita, la boca se expande, la vida vuela, los ojos se escapan de sus órbitas, y luego, cuando el paracaídas se abre, uno siente ese tirón que lo eleva hacia otro mundo, para volver a caer en la cuenta de que estamos aquí, y flotar y disfrutar, ya con la sonrisa de quien ha explotado sus entrañas en unos pocos segundos.

Esa nota musical

Un  buen concierto en vivo tiene que tener al menos uno de estos instantes. La música puede sonar mejor o peor, pero cuando ese segundo está, ese concierto será realmente inolvidable. Puede ser un arpegio de guitarras o una vibración de la voz, pero cuando aparece es inconfundible. La piel se eriza, y el sonido ingresa al cuerpo hasta sonar en lo más profundo del ser de quien escucha. El resto de la gente desaparece por un instante, y uno siente estar solo con su alma y el sonido que la envuelve.

Ese libro

Cada uno tiene un libro por lo menos, en el que cuando lo dejamos, caemos en la cuenta de que no estuvimos por un rato en el mundo que vivimos. Una mosca, un ruido, o una persona nos pueden despertar de ese sueño de lectura en el cual estuvimos inmersos durante unos minutos, o incluso unas horas. Sentimos que vivimos otro mundo por un tiempo, y luego despertamos. Cuando un libro puede generar ese sentimiento de inmersión en otra realidad, solemos querer recomendarlo a todo el universo.

Esa explosión del arte

Escribir sin ataduras propias ni ajenas. Lanzarse al teclado vorazmente y comenzar sin saber hacia dónde nos dirige la escritura. O agarrar esa guitarra y sacarle esos sonidos que el cuerpo y el alma van dictando, sin exigencias ni demandas, sin propósito ni fin, sin objetivos ni consecuencias. Como quien agarra el pincel y lo agita en su lienzo sin entender bien qué es lo que está haciendo. Ese momento de volar y de solamente sentir, sin influencias ni posteridad. Brotar libremente.

Ese segundo del amor

Hay un momento, un segundo, un instante, en el que todo el universo adquiere una especie de luz blanca que alumbra e ilumina esa mirada, esa sonrisa, esa caricia, ese perfume. Todo nuestro ser correrá tras ese instante, ese beso, ese abrazo. Y no hay más. La luz alumbra solamente ese precioso momento de enamorarse.

La naturaleza sorpresiva

Una torrencial lluvia en el momento exacto, una puesta de sol con la persona adecuada, ese fuerte viento que despeina el alma, esa gota en la ventana que nos dispara el vuelo de la imaginación, esa estrella fugaz. En fin, ese sorprender absoluto que la vida nos brinda sin que lo esperemos.

Ese baño caliente

Llegar casi muerto del cansancio y el frío, con el último aliento de agitadas actividades y sentir el agua caliente de la ducha que recorre nuestro cuerpo, lavándonos el cansancio y las preocupaciones, es un momento que también nos brinda ese placer casi infinito. No hay nada más que uno y esa agua, y todo lo demás desaparece, al menos por un rato. No hay cansancio, no hay estrés.



Son momentos, siempre están, a veces más, a veces menos. Cada uno tiene esos instantes, hechos a su medida en ese momento exacto en el que tienen que estar. Son instantes en el cual somos animales, sin tiempo, sin reloj, sin espacio ni contexto. Somos libres, de todo y de todos, hasta de nosotros mismos.  Y ahí están, esperándonos, para que los veamos y los vivamos, y al fin podamos decir y sentir: “la p… que vale la pena estar vivo”.

Cómo Percibir Si Estás En Una Relación Tóxica

Cuando empiezas una relación, normalmente todo suele ser perfecto. El amor flota en el aire, estás todo el día pendiente de la otra persona, no hay más que piropos y detalles a diario. Estás a gusto. Por lo general, en los comienzos, siempre hay uno de los dos que siente más, solemos ser nosotras, aunque es de esperar que poco a poco los sentimientos se vayan equiparando. Pero qué pasa cuando esto no es así, cuando los sentimientos aumentan a velocidades diferentes, cuando tu pareja acaba por arruinar todos los momentos felices de tu vida con palabras hirientes, cuando no solo no recibes de su parte ni una palabra agradable hacia tu persona, sino que solo hay comentarios negativos que decir sobre todas tus actividades, cuando los celos están a la orden del día y acabas por entrar en una espiral de mal rollo de la que no puedes escapar. Malas noticias, tu relación de pareja se ha vuelto tóxica y te está envenenando lentamente.

Otras señales que pueden indicar que una relación no es sana son el hecho de sentir más momentos de tristeza e infelicidad que de alegría; no estar nunca del todo seguro de si tu pareja te quiere o no, lo que suele conllevar a la caída en picado del autoestima. Además, se suele sufrir emocionalmente, y a veces esto se traduce en secuelas físicas. Se tiene una total dependencia de la otra persona, ella es como una droga. Te da más momentos de malestar que de felicidad, pero aún así no puedes dejarla. Y lo peor de todo es la sensación de culpabilidad que te provoca el sentirte liberado cuando esa persona no está. Eres incapaz de sentirte feliz durante 23 de las 24 horas del día.

Qué hacer entonces. Aunque para la gente de alrededor sea muy evidente que dos personas están en una relación enfermiza, las parejas tóxicas se enquistan y pueden llegar a durar mucho tiempo. Esto no se traduce en un disfrute de la relación, sino que sus integrantes simplemente se retroalimentan en el sufrimiento y se hacen codependientes, dando la sensación de que les guste sentirse desdichados.

Sin embargo, para salir de una relación así, lo primero es ser consciente de que se tiene un vínculo enfermizo. Dependiendo del amor que se sienta, hay quien recomienda hablar con la pareja e ir a terapia para solucionarlo. No obstante, por más que muchas veces nos creamos los salvadores de las causas perdidas, de que nos convenzamos de que esa persona cambiará por nosotros, la cruda realidad es que no lo va a hacer, la gente es como es, y no va a dejar de serlo.  Esa persona no va a cambiar. Así que por más que duela, lo mejor es dejarlo y no mirar atrás.