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miércoles, 12 de febrero de 2014

Camembert (Orne)

Camembert (Orne)
 Pues resulta que en esta pequeña localidad, un día remoto de finales del Siglo XVII, a una paisana llamada Marie Harel se le ocurrió hacer un queso cremosísimo y comercializarlo en una cajita de madera. Lo llamó como el lugar: Camembert, y sin querer hizo que este pueblo perdido en mitad de bosques normandos fuera un destino idóneo para escaparse por sus construcciones decimonónicas, sus iglesias puntiagudas y sus callejuelas adoquinadas. A todo ello, el queso le sumó un museo y granja turística, la de Président.

Appenzell,

Pueblos con nombre de queso (como Appenzell, que tiene su propio pueblo y su propio cantón)

Cada vez que los oímos nombrar el cuerpo reacciona cual perro de Paulov segregando saliva. O respondiendo con un “aaaaaah” de placer a lo Homer Simpson. Es la magia de este alimento sabroso y su capacidad de adicción. Pero tras sus nombres hay una historia y también un precioso pueblo homónimo que merece una buen paseo. Aunque sea para hacer hambre antes del atracón.

Un glaciar que se puede recorrer desde adentro (Mendenhall, Alaska)

El glaciar Mendenhall es un gigante de hielo de 12 kilómetros de extensión en Alaska. Y si bien miles de visitantes se acercan a mirarlo desde lejos, pocos llegan a sorprenderse desde su ángulo tal vez más curioso: su interior. El aumento de la temperatura a provocado el retroceso del glaciar, mientras el deshielo va tallando cuevas internas, creando un mundo “surrealista” de colores turquesa en constante cambio:

Para llegar a éstas cuevas de hielo dentro del glaciar, hay que emprender una travesía que requiere un tramo en kayak, caminata, escalada en hielo, y claro, el animarse a adentrarse en cavernas que en algún momento podrían desplomarse. El espectáculo visual será tan curioso como puede verse en éstas fotos seleccionadas: