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miércoles, 7 de octubre de 2015

El peso y la altura afectan al número de parejas sexuales que tenemos

No descubrimos la pólvora al reconocer que la atracción física es una parte muy importante de las futuras experiencias sexuales. Sin embargo, ¿de qué manera afecta nuestra altura y nuestro físico a nuestras posibilidades de tener amantes? Un estudio de la Universidad de Clemson en Carolina del Sur (EE.UU.) quería averiguar si efectivamente el tamaño de nuestro cuerpo estaba de alguna manera relacionado con este número.


Los investigadores realizaron una encuesta a 60.000 hombres y mujeres heterosexuales en las que se especificaba el peso, la altura y el número de parejas sexuales que habían tenido hasta ahora. Los participantes fueron posteriormente divididos en 6 categorías, partiendo desde los más bajos (de 1,58 cms en los hombres y 1,25 cms en las mujeres) a los más altos (de 1,98 cms o más en los hombres y 1,82 cms o más en las mujeres).

Una vez analizados los resultados, estos confirmaron parcialmente diversos estereotipos sociales: primero, los hombres altos son los más atractivos para las mujeres y también los que ligan más; segundo, los hombres más bajos son los menos atractivos y por tanto los que ligan menos. Respecto a las alturas alejadas de los extremos, los resultados no fueron concluyentes y hubo poca variación en el número de parejas sexuales según las diferentes estaturas.

“La investigación ha demostrado en repetidas ocasiones que las mujeres prefieren a los hombres que son un poco más altos que ellas. Es posible que para la mayoría de las mujeres haya un cierto umbral mínimo de altura, después de lo cual se tendrá en cuenta un hombre como potencial pareja sexual, y por lo tanto los hombres por encima de esa altura van a terminar con un número similar de parejas sexuales”, explica David Frederick, líder del estudio.

En cuanto al índice de masa corporal (IMC), los hombres que se encontraban en el rango de peso normal o con sobrepeso arrojaron un porcentaje mayor de parejas sexuales que los agrupados en los grupos de obesos y delgados, siendo los hombres con sobrepeso los que mayor número de parejas sexuales presentaron.

Respecto a las mujeres, la única asociación consistente se basó en que las mujeres extremadamente bajas tenían muchas menos parejas sexuales que cualquier otra mujer. En cuanto al peso, el IMC no destacó nada en particular. Tener infra peso, normopeso, sobrepeso u obesidad no marcó ninguna asociación destacable en el número de parejas sexuales.

El estudio ha sido publicado en la revista Evolutionary Psychology.

¿Adelgazan las películas de terror?

 Una investigación llevada a cabo en Inglaterra ha revelado el número de calorías que se queman.
Ver una peli de miedo de noventa minutos supone quemar unas 113 calorías, es decir, las mismas que consumimos durante un paseo de media hora. Así lo revela un estudio realizado por científicos de la Universidad de Westminster (Inglaterra) en 2012. Los investigadores midieron el gasto energético de diez personas mientras veían títulos míticos de terror. Conclusión: El resplandor (1980) es la más eficaz; los espectadores quemaron 184 calorías. Le siguen Tiburón (1975), con 161, y El exorcista (1973), con 158.



Todas las películas analizadas provocaban episodios de estrés o pánico que, a su vez, aumentaban los niveles de adrenalina. Esta reacción fisiológica quita el apetito, excita la actividad del metabolismo basal –el que desarrolla la célula para sobrevivir– y dispara, a la postre, el consumo de energía.

curiosidad sobre la fotografía del beso de Times Square.

La ciencia ha analizado las sombras para saber la hora exacta a la que se tomó la famosa foto del beso entre un marinero y una enfermera.


Seguro que recuerdas la mítica fotografía tomada en Times Square, en Nueva York de un marinero besando fervorosamente a una enfermera. Fue tomada por Alfred Eisenstaedt el 14 de agosto de 1945, cuando Japón capituló definitivamente y terminó la II Guerra Mundial. Al conocerse la noticia cientos de personas salieron a las calles exultantes de alegría y las muestras de fervor y alegría fueron más que notables, entre ellas ese mítico beso. 

Sin embargo, y a pesar de ser una de las imágenes más icónicas del siglo XX, continúa habiendo muchas intrigas al respecto. La primera y primordial es ¿quiénes son los protagonistas? Pero también existía la duda de la hora exacta a la que se había tomado. Pues bien, gracia al trabajo de varios investigadores de la Texas State University, el misterio del tiempo ha sido resuelto: exactamente a las 17:51 hora local del 14 de agosto de 1945.

Para ello han analizado tanto los acontecimientos históricos como la fisionomía de la ciudad y las condiciones meteorológicas y del Sol.

Teóricamente, el anuncio de la noticia lanzada por la Casa Blanca apareció en los letreros luminosos de Times Square a las 19:03, sin embargo algunos testigos señalan dicho acontecimiento mucho antes. Por un lado Gloria Bullard, que aparece en un segundo plano en la fotografía, afirmaba en 2010 que el anuncio del final de la guerra apareció antes, alrededor de las 18:00. Por otra parte, en 2012, el libro “El marinero besando” de Lawrence Verria y George Galdorisi, situaban el acontecimiento alrededor de las 14:00.

Los edificios funcionan como grandes relojes de sol que pueden servir para calcular el momento exacto de la fotografía. En este caso los científicos estudiaron mapas de los años 40 para conocer la fisionomía de la ciudad e identificar los distintos edificios circundantes. Y más precisamente, el dato concluyente para calcular la hora exacta ha sido el jardín del tejado del edificio Astor, pues proyectaba una sombra de L invertida esencial para calcular el momento justo.

No contentos con ello los científicos Donald Olson y Russell Doescher ,reconstruyeron a escala los edificios de Times Square allá por el 1945 y utilizaron un espejo para proyectar los rayos del sol. Hasta que el modelo correspondió perfectamente con las sombras de la fotografía.

¿Qué es el efecto 2038?

Allá por 1999, la amenaza de un colapso a nivel tecnológico por el temido “Efecto 2000” o “Error del milenio” provocó un temor generalizado en la sociedad ante el fallo que provocaría que tras el 31 de diciembre de 1999 los sistemas informáticos pasarían al 1 de enero de 1900 en vez de al 1 de enero de 2000 debido a que muchos sistemas codificaban el año en dos dígitos. Este “Efecto 2000” que se corrigió con unos miles de millones de euros, nos sirve para explicar el “Efecto 2038” o “Y2K38”.


El “Efecto 2038” no es sino otro “bug” relativo, en este caso, a la codificación del tiempo en los sistemas de 32 bits (el reloj que usan), que nos afectaría en enero del año 2038. Y es que el reloj que tienen muchos equipos se basa en POSIX, un simple contador de segundos que va ascendiendo con cada segundo que pasa y que tiene como fecha de referencia el 1 de enero de 1970; por tanto, el tiempo es igual al número de segundos transcurridos desde esta fecha de referencia.

Sin embargo, como en los sistemas de 32 bits los tiempos se codifican con un número entero y un signo, llegará un momento en que el contador llegará al número máximo que es capaz de almacenar en positivo y comenzará a contar en negativo (volveremos a 1901). Los sistemas que cuentan la hora desde (21:00 31/12/1969) provocarían el error de cálculo a las 00:14:07 del 19 de enero de 2038, ya que confundirán la fecha con el 13 de diciembre de 1901.

Por el momento se desconocen las consecuencias exactas que este problema informático provocará en algo más de 20 años, pero está claro que aún hay tiempo para solventarlo con eficacia y sin crear el pánico que se generó con el Y2K o Efecto 2000.

El “Efecto 2038” afectará principalmente al sistema operativo Unix, sobre el que se asientan tanto Android como iOS así como muchos servidores de Internet, puntos de acceso Wi-Fi o routers.

para recordar en los peores momentos.


¿Por qué hay lugares desconocidos que “nos son tan familiares”?

¿Te ha pasado alguna vez? Llegas a una ciudad nueva a visitar a un amigo que acaba de mudarse. Miras las calles, las farolas, ese sol a media tarde dando en esas casas de construcción antigua…Hay algo que te es extrañamente familiar, cuando no debería ser así porque nunca has estado allí, jamás.

¿A qué se debe? ¿Qué explica este tipo de sensaciones tan comunes pero a la vez tan inquietantes? Hoy en Supercurioso queremos darte algunas ideas.

Dèjá Vu

Estamos seguros que ya conoces el término del Déjà Vu. Te interesará saber que según nos dicen los expertos esta sensación de haber vivido ya una determinada situación la ha experimentado casi el 90% de la población. 
Ahora bien, deberíamos diferenciar tres dimensiones dentro del dèjá vu:

Tener la sensación de haber vivido algo antes. ¿Un ejemplo? Estás hablando con una amiga sobre algo y de pronto, no tienes más remedio que decirle… ¿Pero esto ya no te lo había dicho antes?
Lugares físicos: hace referencia al propio título de este artículo. Vamos a una ciudad, a un parque, a una casa, a un local…Y hay algo inusual que nos arropa, que nos ofrece una singular familiaridad, como si ya hubiéramos estado antes.
Sensaciones y emociones: esta dimensión es mucho más sutil. De pronto, al entrar a una casa, al conocer a una persona, al hacer algo determinado, asciende a nosotros una sensación inexplicable que nos es familiar. Esa inquietud, ese amor, ese miedo, ese placer…¡Ya lo habíamos sentido antes, pero no en esta vida!
Para muchos expertos la sensación del dèjá vu estaría relacionada con los sueños. En el mundo onírico experimentamos muchas vivencias, vemos escenarios, cosas, personas… Hechos que no recordamos en la vida real hasta que de pronto, esa casa o esa persona nos une de nuevo a ese hecho que vimos en sueño.

Ahora bien, tal y como sabes, la mente onírica “no inventa” es decir, nunca creamos caras, todas las personas o escenarios que vemos en sueños las hemos visto en realidad en alguna ocasión.

¿Entonces? ¿Por qué nos suena tanto una casa si no la hemos visto en sueños ni tampoco físicamente? Es aquí donde podemos caer ya en el área de las reencarnaciones y vidas pasadas. Hay personas que dicen recordar escenarios en los que estuvieron en vidas anteriores. Aunque obviamente, no hay nada científico en este tipo de datos…

Hay lugares que evocan sensaciones y emociones

Hay personas que disponen de una mayor sensibilidad para ciertas cosas. Podemos llamarlo empatía ambiental, pero de alguna forma, hay escenarios o casas que contienen un cúmulo de emociones contenidas que mucha gente puede percibir.
En realidad tú mismo puedes tener esta característica y no haberte dado cuenta. Es frecuente sentir lo siguiente:

No hay lugares neutros. Cuando entras a la casa de un amigo por ejemplo, eres capaz de percibir el buen o mal ambiente.
Cuando pasas por una calle o un local, hay algo inexplicable que te hace sentirte a gusto o incómodo.
En ocasiones, cuando visitas casas o escenarios en los que nunca has estado hay algo que te es familiar. Y son las sensaciones. Ese olor de los rincones, el frío de las habitaciones, la luz del sol atravesando un cristal, todo ello te evoca múltiples sensaciones.
Suele decirse que las emociones quedan “impregnadas” en las casas como huellas. De ahí, que algunas personas puedan intuirlo. No obstante, nada de esto está demostrado y nos adentramos, nuevamente, en el campo de lo poco científico.

Las mentes creativas

Las personalidades más creativas además de tener una mente más abierta e intuitiva, están habituadas también a imaginar a soñar, a producir imágenes mentales para aquello que les identifica: escribir, componer, pintar…
Hay quien un día y por casualidad, se encuentra en una casa o un lugar que les es inmensamente familiar. Y no se debe a que hayamos vivido alguna vida pasada, sino porque en alguna ocasión nuestra imaginación ha creado alguna vez un escenario similar.

Esto es algo que les suele ocurrir mucho a los escritores, a los artistas…De pronto, dan en carne y hueso con ese personaje que inventaron o esa casa que describieron con todo detalle para una novela.

Como ves, no hay una explicación clara al por qué determinados lugares no son tan familiares. Ahora bien, este tipo de cosas o fenómenos es habitual en personas con una mente abierta y muy intuitiva… ¿Lo eres tú? No dudes en explicarnos si has tenido una experiencia similar.