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domingo, 21 de febrero de 2016

7 Inventos Que Demuestran Por Qué La Ciencia Es Una Imitación

Vivimos en una sociedad tecnológica en constante innovación; pero el ser humano, supuestamente tan creativo y original, solo es un grano de arena en el reloj del universo. La Tierra lleva girando millones de años y durante todo ese tiempo la naturaleza se ha dedicado a crear. Por eso nos lleva una ventaja enorme… y por eso, lo que hacen los ingenieros y diseñadores no es inventar sino imitar.

Todo lo que hemos creado, mileniales, es solo una pálida copia de algo que a la naturaleza le ha costado siglos de evolución. Y no hace falta visitar ningún laboratorio secreto para comprobarlo: solo tienes que darte una vuelta por casa y fijarte bien en los inventos que utilizas a diario. A lo mejor te sorprendes.

La cámara de fotos y el ojo humano



El objetivo es a la córnea lo que la película a la retina, y el diafragma actúa como iris. La cámara fotográfica es una réplica, pieza a pieza, del ojo humano. Todavía se ha de fabricar la lente capaz de captar el mundo con la misma precisión, aunque debemos admitir que se han alcanzado enormes progresos últimamente, como el ojo biónico, por ejemplo.

El velcro y las semillas de bardana



Si te gusta pasear con tu perro por el campo, seguro que has tenido que arrancarle más de una vez del pelo esas molestas semillas que se agarran como garrapatas. Lo mismo le pasó hace años al ingeniero Georges de Mestral, quien se inspiró en este simpático incidente para crear el velcro.

¿No te has fijado nunca en las cintas que lo componen? Una tiene una textura enmarañada que imita el pelo de los animales, mientras que la otra es más rígida. Eso es porque, a imagen y semejanza de las semillas de bardana, está compuesta por diminutos ganchos que se enredan en la otra cinta. Y así tenemos un cierre ligero y fuerte. ¡Quién lo diría!

El nylon y la tela de araña



El algodón y la lana casi parecen cosa del pasado, pues hoy compiten con las fibras sintéticas. Entre ellas se encuentra el nylon, un filamento fuerte y resistente que se utiliza para todo, desde fabricar ropa hasta mangos de herramientas, pasando por el hilo de pescar y las cuerdas de guitarra. Pero el nylon fue un intento de copiar el hilo de araña, un polímero natural más resistente que el acero.

Hace algunos meses, un par de investigadores de California parece que encontraron el modo de “cultivar” la sustancia, cuyas propiedades superan a las de cualquier tejido fabricado por el hombre.

Los instrumentos musicales y la voz humana



Está demostrado que los primeros instrumentos que se elaboraron fueron los de percusión, seguidos por el viento y la cuerda. No obstante, todos ellos son un sucedáneo de la voz humana, que es el instrumento musical por excelencia, por su amplitud y por su capacidad de integrar letra en la melodía; y aunque haga falta formarse para sacarle el máximo partido, no hay nadie que no posea el impulso primario de cantar.

Los LED y las luciérnagas



El uso de los LED (Light-Emitting Diode) se ha ido imponiendo durante los últimos años, pero los investigadores no dejan de buscar el modo de mejorarlos y optimizarlos. Científicos coreanos y americanos descubrieron hace poco que el abdomen de algunas luciérnagas amplifica la luz gracias a las escamas que lo cubren. Tras una serie de ensayos, se comprobó que los LED cubiertos por una capa similar emiten un 55% más de luz. Curioso, cuanto menos, ¿verdad?

La cinta adhesiva y el geco



Los gecos son reptiles de la familia de las salamanquesas que, al igual que sus simpáticos parientes, se pasean por paredes y techos como Pedro por su casa. El secreto reside en la estructura de las patas de estos animalitos, un complejo sistema de fibras que les permite adherirse a cualquier superficie.

Pues bien, hace algunos años que los investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia desarrollan una cinta adhesiva basada en esa estructura, y las propiedades del nuevo material resultan la mar de interesantes.

Inteligencia artifical



Has pensado en la película de Spielberg y lo sabes… La inteligencia artificial está más presente en nuestras vidas de lo que imaginamos. Sin ir más lejos, los videojuegos no serían lo mismo sin la inteligencia artificial que controla las acciones de los enemigos. Otras aplicaciones informáticas, como los asistentes virtuales o el reconocimiento de voz, también están relacionados con la inteligencia artificial. Y, por supuesto, no podemos olvidar los adorables (o espeluznantes) robots que fabrican los japoneses.

La inteligencia artificial trata de imitar el razonamiento humano, esa capacidad única en la creación que nos permite resolver problemas complejos y pensar de un modo creativo. Decenas de películas han advertido del peligro que supondría que las máquinas llegasen a pensar como nosotros, mientras que otras observan la posibilidad desde una perspectiva más amable.

Lo que está claro es que las personas llevamos dentro el impulso de crear. Eso es lo que nos coloca en la cúspide de la evolución. Y, también, lo que más responsabilidad nos exige.

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