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jueves, 13 de octubre de 2016

¿Soy Rebelde O Malcriado?

No confundan mis ganas de ser libre con la vaga idea de que si no hago lo que dices estaré siendo un grosero falto de “paliza”.


Nuestra juventud se caracteriza por la necesidad de rebeldía, esas ganas tremendas de descubrir el mundo por nuestros propios medios, de creer que si algo no ha sido probado pues hay que intentarlo, y de que si lo intentaron y fracasaron nosotros lo haremos mejor.

¿Cuántos intentos hizo Thomas Alva Edison antes de dar con el filamento correcto para la bombilla? La leyenda afirma que 1000 intentos, y aún después de ellos ese genio afirmó:
“No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.

Los jóvenes por naturaleza sentimos ese impulso que nos motiva a querer intentar cualquier cosa en todas las maneras posibles, desde la carrera universitaria que cursaremos, el deporte que practicaremos, el instrumento musical que tocaremos hasta el licor que probaremos.
Muy seguramente tendremos a nuestros padres, amigos, familiares y profesores presionando para que hagamos las cosas de la misma manera que ellos las han hecho, y en cada falla que tengamos pronunciaran el arrogante “te lo dije”.

¡Al diablo si me equivoco! El mundo no se va a acabar porque yo meta la pata, de hecho comenzará de nuevo en cada intento fallido. Querer hacer las cosas por mi cuenta no es malcriadez, es sencillamente necesidad de independencia, muestra de coraje, de voluntad y responsabilidad.

¿Acaso querer ser libre es una falta de respeto o mala educación?

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