ho’oponopono es un arte sanador muy antiguo (5.000 años) propio de la cultura polinesia asentada en Hawái, los Kahuna (guardianes del secreto). Su objetivo es resolver y sanar los conflictos familiares, así como a borrar las memorias, creencias y emociones en las cuales estamos atrapados. Esta palabra “milagrosa” se fue extendiendo por el mundo a una velocidad sorprendente durante los últimos años. Su significado es “corregir un error” o “hacer lo correcto”. Su práctica es absolutamente sencilla. Sin embargo, no lo es tanto la comprensión de sus bases filosóficas.
¿En qué se basa esta técnica?
* La creencia de que nosotros creamos nuestra realidad, somos co-creadores, y todo lo que vemos o experimentamos, toda la gente que nos rodea, lo que conforma nuestro mundo, está ahí porque nosotros lo hemos establecido. Así, nosotros somos los responsables de lo que ocurre en nuestro mundo, tenemos la completa responsabilidad en las cosas que ocurren.
* Por supuesto que la mayor parte de nuestros pensamientos “creadores” de esa realidad que nos circunda son inconscientes. Hacerse responsable no significa ser culpable, sino reconocer que esos pensamientos están dentro de mí (aunque no pueda darme cuenta) para, a continuación, limpiarlos, desactivarlos, cancelarlos para que dejen de producir ese efecto en mí y en todo lo que me rodea.
* Todas las técnicas que se enseñan en ho’oponopono son para “borrar” pensamientos y memorias dolorosas que se reiteran en nuestro interior. No necesitamos conocerlos, pero necesitamos asumir una actitud consciente de “borrado/limpieza”.
* Es necesario llegar a comprender que la mente es perfecta, pero no las memorias que contiene, los datos con los que trabaja. Es ahí donde incide esta técnica, en la corrección de lo errado de esas memorias y datos.
* Otro postulado de los Kahuna dice que existe una Divinidad cuya sabiduría y poder son muy superiores a los nuestros y que nos ama incondicionalmente. Tenemos que estar dispuestos a dejar todo en manos de esta Divinidad para que sane nuestros recuerdos, sentimientos, creencias, para que sane la raíz misma de toda experiencia no deseada o dolorosa que tengamos y para que, a un mismo tiempo, sane a los demás.
¿A quiénes está dirigida esta práctica?
El Ho’oponopono puede ser utilizado por personas de cualquier religión o cultura. El concepto de Divinidad, Dios o Divina Inteligencia es el que nosotros utilizamos de acuerdo con nuestras creencias. No se pretende individualizar a la Divinidad con ninguna deidad en especial. Y para quien no crea en Dios o en una instancia superior puede referirse (usando la palabra Dios o Divinidad) a esa parte adentro nuestro, que lo sabe todo.
¿Cómo se practica?
La práctica se realiza repitiendo algunas palabras o frases pidiendo a la Divinidad que realice el borrado/ cancelación/ limpieza de las memorias que están provocando el problema que nos aqueja. Por ejemplo, se puede decir una frase omo: “Divinidad, limpia en mí lo que está contribuyendo a que aparezca este problema… (se puede mencionar el problema). Lo siento, perdóname, te amo, gracias.” Al hacer esto pido a la Divinidad que cancele programas (memorias) en mí para que ellos sean cancelados también en las otras personas (ya que estas “memorias” son compartidas). Estoy pidiendo sanar mi niño interior (el inconsciente – sede de las memorias) para sanarme a mí mismo y a los demás.
Estas frases y palabras deben repetirse varias veces, una y otra vez (como un mantra). Puede hacerse en cualquier momento del día y sin límite. Este es solo un ejemplo de cómo se puede hacer, existen muchas otras frases y palabras de ho’oponopono, para realizar el borrado. Todas sirven, no hay una mejor que otra, solo elegimos la que nuestra inspiración nos traiga en dicho momento.
¿Cuáles son sus conceptos principales?
Los conceptos fundamentales para realizar este proceso son el arrepentimiento, el perdón, el agradecimiento y el amor, expresadas en las cuatro palabras básicas de este método sanador: “Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo”.
Estas “herramientas” (también llamadas “palabras gatillo”) son un regalo de la Divinidad que han sido recibidas por “inspiración” por los chamanes hawaianos y maestros de ho’oponopono para la corrección de todo lo que nos trae dolor y sufrimiento a nivel físico, mental y espiritual.
Este método nos enseña a “amar” nuestros problemas, conflictos, situaciones complejas o personas que nos afectan, lastiman o perturban. A través de este singular punto de enfoque -opuesto a lo que la mayoría de los seres humanos hace (reaccionar, quejarse, enojarse, o culpar a los demás)-, podemos soltar o liberar las verdaderas causas que provocan sufrimiento o “atraen” esas circunstancias a nuestra vida.
¿Es tan sencillo como parece?
Llegado a este punto, muchas personas -sobre todo quienes no están familiarizados con estos conceptos- pueden sentir que el mundo, tal como lo concebían, se les ha puesto patas para arriba. Otros, si bien pueden “concordar” con algunas de las ideas expuestas hasta el momento, seguramente pensarán: ¿pero para resolver todo este tema de las memorias repitiéndose en el inconsciente, basta con decir estas palabritas (muy poéticas por cierto)? ¿Eso es todo? ¡Es demasiado fácil para ser cierto! La respuesta es un ¡sí! rotundo. Ho’oponopono funciona más allá de nuestro entendimiento. Es increíblemente eficaz.
Sin embargo, hay algunas reglas básicas para poner en práctica este método. La primera es utilizarlo siempre, en todo momento factible. No sólo cuando surgen “problemas” que nos afectan.
La segunda es hacerlo con fe. No me refiero a una fe ciega, rondando el fanatismo, sino que debo tomarme el trabajo de repetir las herramientas para el borrado cuantas veces pueda. Sin esta repetición de las frases, no hay milagro posible. En otras palabras, la fe es necesaria para decidirme a utilizar las herramientas sin cuestionarlas, sin preguntar "por qué" esta palabra u otra.
Si en Ho’oponopono utilizamos el intelecto, el proceso se interrumpe. Recordá: estamos aprendiendo a conectarnos con una energía divina, con la Divinidad dentro nuestro. Y en este proceso la mente sólo interviene para dar comienzo al mismo, ya que la decisión de pedir ese borrado o limpieza de las memorias debe ser una decisión consciente (en esto consiste hacerse responsable). A partir de ahí, todo lo que suceda queda en manos de la Divina Inteligencia.
¿Cómo se usan las palabras?
Además de las cuatro palabras más conocidas, “Lo siento. Perdón. Gracias. Te amo”, existen otras que se pronuncian mentalmente, todas las veces que se pueda. Con cualquiera de estas palabras estoy borrando, estoy tomando responsabilidad por haber atraído esa situación/problema o persona conflictiva a mi vida y, al mismo tiempo, estoy limpiando esas memorias erróneas que produjeron ese evento.
Sin expectativas. En ho’oponopono no damos órdenes a la Divinidad, no le exigimos que las cosas sean de tal o cual manera. Le entregamos el problema a través de esa limpieza y confiamos en que luego vendrá a nosotros lo perfecto y correcto. Dicho en palabras simples “lo dejamos en las manos de Dios”.
Tampoco luchamos, ni nos resistimos al problema/persona en conflicto (lo cual aumentaría la intensidad del problema), ni nos quedamos en la queja lastimera –aunque tengamos razón-, mediante estas palabras, soltamos, limpiamos y confiamos.
Y si esa situación conflictiva nos provoca resentimiento, enojo, aflicción, etc., igual decimos “Lo siento. Perdón. Gracias. Te Amo”, solo debo repetir las palabras mentalmente, no es necesario sentir amor, ni expresar emoción alguna.
Hay palabras que borran cualquier tipo de memorias, sin importar cuáles son. Por ejemplo, a las frases “Gota de rocío” o “Llave de la luz” se las puede repetir mentalmente y cambiar de una palabra/frase a otra, cuando uno lo desee.
Sin embargo hay otras “especializadas”, como “llovizna”, que borra memorias relacionadas con problemas económicos, con provisión y suministro, cuando pensamos que no nos alcanza el dinero, etc. Por lo tanto, se la utiliza para atraer abundancia a nuestra vida.
“Hojas de otoño” sirve para soltar apegos, a cosas, personas, hábitos, a todo aquello de lo que debemos desprendernos porque ya no nos resulta útil y, sin embargo, seguimos aferrados.
Prueben estas pocas herramientas (hay muchas más) y se sorprenderán con los resultados. Paz, más allá de todo entendimiento (un saludo ho’oponopono).
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