Algunos medios de comunicación masiva utilizan el engaño constantemente para generar opinión pública. Intereses económicos y políticos los mueven a (des)informar de un determinado modo bajo la excusa de la objetividad, y esta deja de existir en el preciso instante en que un sujeto recorta la realidad y qué contar y qué dejar de lado. Aquí te damos algunos consejos para detectar engaños en los medios de comunicación:
Presta atención a las palabras
Una técnica fácil de implementar para descubrir desde dónde habla un medio de comunicación es prestar especial atención al uso de determinadas palabras. No es lo mismo decir “control policial” que “represión”. Entender cómo determinado medio utiliza la relación de un sujeto con la acción es indispensable para tener una lectura crítica de los medios. No es lo mismo “el ministro afirmó” que “el ministro criticó”.
El uso del verbo potencial
Cuando un medio o un periodista incurre excesivamente en el uso del potencial (diría, haría, estaría) quiere decir que no hay datos concretos sobre la veracidad de lo que se transmite. Cuando alguien dice “el ministro habría gastado 500000 euros en sus vacaciones” te está diciendo que en realidad no sabe con exactitud que eso es cierto, o que no tiene cómo probarlo. Quien de verdad puede probar la veracidad sobre ese hecho, asegurará: “el ministro gastó 500 mil euros en sus vacaciones”.
Presta atención a las fuentes
Cuando leas o escuches sobre determinado hecho, presta especial atención a la fuente. Es decir, al lugar, persona, institución u organismo de donde proviene la información que se está leyendo. Si no hay fuentes o estas están determinadas confusamente (fuentes confiables, allegados, etc.), probablemente los datos no sean muy confiables. La exactitud de la fuente consultada, con nombre y apellido, le da mayor confiabilidad a la información, o por lo menos uno sabe de dónde proviene exactamente esta.
Estudia las encuestas
Las encuestas son un arma de doble filo. En ocasiones sirven para dar una impresión de lo que siente, piensa o hace una determinada comunidad, y en ocasiones no muestran absolutamente nada. Por ejemplo, una encuesta por Internet de determinado medio nunca puede ser una muestra de la población de un país entero, ya que deja afuera a todos aquellos que no tienen Internet, y a todos aquellos que no leen ese mismo medio. Cuando se lee una encuesta, hay que prestar atención a la ficha técnica de esta, en especial al margen de error y a la probabilidad. Una encuesta con un margen de error del 5% con una probabilidad del 95% quiere decir que hay un 95% de probabilidades de que los números de esa encuesta sean correctos con un vaivén del 5% en los datos expuestos. Si no hay ficha técnica de una encuesta, desconfía.
Analiza el uso de las comillas
El uso de las comillas para las declaraciones de alguna persona también puede ser utilizado de manera engañosa. Las famosas “sacadas de contexto” consisten en utilizar estas comillas maliciosamente. Una cita completa suele ser más fiable que el recorte desmedido de estas. Hay artículos en los que las comillas están puestas únicamente en palabras sueltas, sin acceso posible a las declaraciones completas del personaje.
Compara un mismo hecho en diversos periódicos
Cuando te informes sobre algo que te interesa, intenta leer el tratamiento que le dan los distintos medios, y verás cómo un mismo hecho puede ser contado de maneras no solo distintas, sino que hasta pueden ser opuestas. Imagina que debido a un crecimiento en la producción automotriz de un país, el consumo interno haya crecido un 50% y las exportaciones hayan disminuido en un 30%. Un medio puede titular: “Fuerte subida del consumo interno” o “Fuerte bajada de las exportaciones”. Ambas son verdad, pero puede existir un recorte engañoso. ¿Te resulta familiar?
No te quedes en el título
Si quieres realmente informarte sobre determinado hecho no te quedes con el titular. Tienes que leer la nota completa, o por lo menos prestar atención a ciertos aspectos de la noticia, sino te quedarás únicamente en lo que los medios quieren que tú pienses. Con el caso anterior, si tú lees únicamente el titular te quedarás con una determinada impresión (baja o suba), pero no tendrás a tu disposición la información completa.
Analiza la agenda de los medios
Fíjate cuáles son los temas que cada medio trata a diario. Verás que un diario opositor y un diario oficialista te mostrarán prácticamente dos países distintos. Dilucida tú mismo qué diario te resulta más confiable en base a la real importancia de las temáticas que tratan y el enfoque que le dan a cada tema. Un buen ejercicio es leer las tapas de todos los diarios de tu país. Notarás diferencias asombrosas.
Presta especial atención a los adjetivos
El adjetivo suele llevar consigo una toma de posición escondida. Bajo la aparente objetividad, muchos periodistas utilizan adjetivos para opinar sin argumentar. No es lo mismo decir “un agresivo presidente embistió contra los medios”, que decir “un conciliador presidente se refirió a los medios”, o que “el presidente habló sobre los medios”.
Detecta quiénes hablan en los medios
Este punto guarda relación con la agenda de los medios. Verás que cada medio recurre con frecuencia a ciertos personajes para explicar qué pasa en la realidad. Fíjate quiénes son los que hablan con frecuencia en cada medio y qué intereses persiguen, y fácilmente te darás cuenta cuál es la verdadera posición o interés de un medio de comunicación.
Investiga por tu cuenta
No te quedes con lo que te brindan los medios masivos de comunicación. Averigua por tu cuenta, habla con la gente, busca en Internet y compara las noticias. Hoy en día, la información puede ser menos lineal que antes, y eso es una ventaja para quienes desean estar realmente informados y no caer en el engaño de los grandes medios que muchas veces persiguen otros intereses que poco tienen que ver con informar.
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