El caso del joven Jonay Sosa está dando la vuelta a Europa, literalmente, porque este canario está recorriendo las carreteras del viejo continente ofreciendo su creatividad. Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega… no importa dónde, él ofrece sus servicios y trabaja para diversas empresas durante unos días a un precio muy razonable: gasolina. La iniciativa es curiosa, pero está demostrado que cuando las dificultades económicas llegan, el ingenio del ser humano se agudiza.
Este chico, que es redactor de contenidos y publicista, se quedó en paro hace unos meses. Tan solo tenía una vieja furgoneta y un gran espíritu aventurero, de modo que, después de tratar de encontrar trabajo en España sin éxito, ¿qué más podía hacer para ganarse la vida? Decidió probar suerte lanzando un curioso proyecto bajo el nombre Ideas For Fuel (Ideas a cambio de gasolina).
Esta iniciativa consiste básicamente en ir de empresa en empresa por Europa ofreciendo sus servicios y aportando toda su experiencia. No planea estar más de unos días en cada lugar, ya que quiere limitarse a brindar ideas frescas y que sean nuevas para el equipo. De este modo, es fácil que le contraten, ya que no obliga a quedarse mucho tiempo. ¿Cuál es la remuneración? Gasolina, no pide más, pero a una tasa que marcan las propias gasolineras de la zona pagando 10 litros la hora, ya que Jonay solamente quiere seguir buscando oportunidades en otros puntos y necesita carburante para poder desplazarse con su vieja furgoneta; el vehículo no es solamente su medio de transporte, sino que además es su alojamiento con ruedas. Las cervezas también las considera moneda de cambio, ya que son una forma de estrechar lazos entre ambas partes.
Ya ha recorrido 8 países, trabajado en 10 empresas y dejado atrás 8.000 kilómetros. Esto brinda una oportunidad única para viajar sin rumbo, conocer a muchas personas y aventurarse en un mundo laboral cada vez más complicado, pero que exige de ingenio y creatividad adicional para demostrar la valía del talento. El propio trabajador nómada ya lo ha dejado de considerar un viaje, puesto que no sabe cuándo volverá y se ha convertido en un modo de vida, al menos seguirá así mientras pueda costearse el día a día. Por ese motivo, no se achanta al recomendar a cualquier Milenial lanzarse a una experiencia similar, que ayuda a crecer como persona y a evolucionar laboralmente, al tiempo que se descubren nuevos destinos.
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