Puede que el amor a primera vista sí exista después de todo. Aunque el amor empieza en el cerebro y no precisamente en el corazón, ocurre más rápido de lo que creíamos.
Un estudio de la Universidad de Siracusa reveló que sólo toma un quinto de segundo después de ver a alguien para que se liberen en el cerebro las hormonas del amor: oxitocina, dopamina, adrenalina y vasopresina. Esas sustancias son las responsables de las sensaciones comúnmente relacionadas con el amor, entre las que se encuentran las mariposas en el estómago.
Además, ese primer rush del amor es similar a lo que se siente con drogas como la cocaína (aunque más padre y menos peligroso, queremos pensar).
Para la profesora Stephanie Ortigue, es incierto si el amor empieza en el cerebro o el corazón: "Yo diría que en el cerebro, pero el corazón también está involucrado porque el complejo concepto del amor está formado por procesos entre ambos. La activación en ciertas zonas del cerebro puede generar estímulos al corazón como las mariposas en el estómago. Algunos síntomas que sentimos como parte del corazón pueden venir del cerebro".
Nos queda claro que enamorarse es rapidísimo. ¿Desenamorarse? No tanto.
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