Es muy probable que tu ya hayas cambiado la dentadura, es decir que tus dientes temporales (comúnmente conocidos como “dientes de leche”) se han desarrollado, cumplido con su función y finalmente, se han desprendido de tu encía para dar lugar a tus nuevos dientes: los permanentes. Independientemente de lo que hayas acordado con el Ratón Pérez y demás, todos sabemos que la dentición permanente no vuelve a crecer una vez que ha caído, pero ¿alguna vez te preguntaste por qué? Hoy quiero invitarte a conocer la respuesta a esta pregunta y algunos otros detalles interesantes acerca de los dientes en nuestra y otras especies animales.
La falta de células en tus dientes no permite la curación
Cuando hablamos de la dentición y la imposibilidad de los dientes para volver a crecer, siempre surge la gran duda de por qué nuestro organismo aún no ha evolucionado lo suficiente como para que nuestros dientes puedan curarse a sí mismos como el resto de nuestro cuerpo, ¿verdad? Pues lo cierto es que todo se debe a las células. Sin células, nuestro organismo no tendría la capacidad de sanar.
En el caso de nuestros dientes, más del 90% de sus componentes son minerales como calcio (Ca), magnesio (Mg) o fósforo (P). Habiendo muy pocas proteínas y células allí, estos carecen de la cantidad de células necesaria como para poder sanar por sí solas. Las pocas células que hay en los dientes, además, están en la raíz y no en la zona de la corona, por lo cual las caries dentarias que producen las bacterias allí, son los peores enemigos que un diente puede tener.
La importancia del cuidado dental
Los dientes son entonces considerablemente vulnerables y teniendo en cuenta que naturalmente (los científicos ya han logrado regenerar dientes gracias al uso de células madre) sólo dos dentaduras a lo largo de nuestra vida. La primera comienza a formarse ya en los primeros meses de vida, mientras que la segunda y última comienza a salir ya a los seis años de edad.
Es bastante complejo en realidad, pues estos serán los últimos dientes que vamos a tener y no vuelven a crecer, por lo cual es muy, pero muy importante cuidarlos ya que, lamentablemente, no tenemos la dentadura de otros animales como los cocodrilos, cuyos dientes no solo vuelven a crecer, sino que lo hacen hasta 50 veces; o los tiburones, que tienen varias dentaduras y que si un diente se les cae, el de la capa inferior sube y lo repone de forma inmediata. Claro, ¿por qué nosotros no tenemos dientes como éstos?
Bueno, si bien sería muy gracioso (imagínate a tus abuelos con una dentadura de cocodrilo) y también peligroso, lo cierto es que no lo necesitamos, o al menos no tanto como los cocodrilos o los tiburones. Estos animales dependen al 100% de sus dientes y tener esas enormes, resistentes y perfectas dentaduras es fundamental para sobrevivir en la naturaleza.
Realmente de lo más interesante, ¿no crees? ¿Y qué crees tú que significará esto?
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