No hay duda que Venezuela es un país agraciado por la naturaleza y un claro ejemplo de ello es el archipiélago de los Roques, formado por una gran barrera de 36 km que incluye cerca de 40 islas y más de 300 bancos de arena con arena blanca y aguas cristalinas. Sus 221.120 hectáreas entre espacios marítimos y terrestres la convierten en el parque marino más grande de América Latina. Un paraíso natural.
Su isla más importante, El Gran Roque, es la única poblada y posee aeropuerto que recibe vuelos comerciales desde Caracas, Porlamar (Margarita) y Maracaibo. Las otras islas más importantes son Francisqui, Nordisqui, Madrisqui y Crasqui.
Todo el atolón, por cierto poco frecuente en el Caribe pero típica del Océano Pacífico, posee un clima cálido y seco con una temperatura anual promedio de 27 °C, pudiendo alcanzar entre julio y agosto los 36º de temperatura.
Todo el atolón, por cierto poco frecuente en el Caribe pero típica del Océano Pacífico, posee un clima cálido y seco con una temperatura anual promedio de 27 °C, pudiendo alcanzar entre julio y agosto los 36º de temperatura.
Debido a la carencia de agua dulce existen pocos animales terrestres. Pero en el agua es donde una inmensa biodiversidad se hace presente. Las aguas circundantes a los Roques poseen casi 300 especies de peces, y centenares especies de crustáceos (mas de 200), moluscos, corales, erizos y estrellas de mar. También habitan sus aguas delfines, muchas especies de tortugas (como la tortuga verde o la tortuga laud), pelícanos, ballenas, tiburones y mantarrayas. Entre los vegetales predomina el manglar y sus extensas praderas de fanerógamas marinas (Thalassia testudinum).
Los Roques, por su belleza e importancia ecológica, fue declarado parque nacional en 1972.
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